Parpadeos fugaces

sábado, 23 de julio de 2016

De coser la herida con la aguja infectada

Crujía de la intriga
Deseaba saber todas las respuestas del mundo y no temía quedarse ciega de tragedias
Casi nada le sorprendía -decía- pero se anclaba en el shock cuando algo le aturdía
Habla en pasado pero tiene el presente de testigo
Siempre machacaba la absurda idea de tener algo que ver en la vida de alguien
Nunca se tomó en serio los cumplidos de la gente, quizá por eso se ahoga en dudas
Habla en tercera persona y sin embargo, ella está sola

Podría admitir que tanto el ruido como el silencio extremo le da paz, aunque siempre prefirió los brazos del caos
A veces se contradice, porque ahora está en silencio
No chilla, no pelea
Si pelea tiembla, no por miedo; por impotencia
Se acaricia el pelo, nunca duerme tranquila
Siempre hay algo: búhos, agua, disparos, espíritus desencajados
Si toca el nunca, se aferra a él hasta matarlo, no le gustan las despedidas
Si toca el siempre, se besa con la rutina, moldeándola

Sus oídos escuchan:
La comprenden
Sus ojos se lo recuerdan:
Nadie lo hace

Hay una especie de peso sobre nuestros cuerpos
A veces nos obliga a doblegarnos y a abrazarnos, cuando somos dos
A veces nos machaca las ideas dejándolas sin respirar, cuando estamos solos
La contradicción, el mal entendimiento de algo que nadie se esfuerza por comprender

Me he convertido en la quinta pata de un taburete para otorgar apoyo, en la presa que retiene todo un lago de desgracias
Me he convertido también en un veneno que se filtra en los huesos, en una especie de culpa andante que no entiende por qué la gente miente

Me he acostumbrado a hablar sola pero a veces ni siquiera me escucho
No me recuerdo
No exploro, solo exploto
Y compuesta de tanta carga explosiva me dispongo a caminar, a vagar, deambular
Y por el camino voy dejando flores de paciencia
Y nadie las sigue
Nadie quiere encontrarme
Pero cuando me pierdo y desconecto, las flores vuelven corriendo

Mi nacimiento tenía una explicación científica/biológica que todo el mundo sabe, o debería saber, que es la base de nuestra expansión por la Tierra
Pero, ¿es necesario dar una explicación por cada paso que das?

Nunca lo entiende
Y sí, ya he dicho que habla en tercera persona, pero sigue estando sola
No le importa el género, es ficción
Y con sus dedos roza sin querer el otro lado, el que está separado, y se deja arrastrar
Y vuelve a explotar
Porque todo el mundo dice comprenderla, aunque en realidad nadie lo hace
Y vuelve a masticar la absurda idea de encajar en la vida de alguien
Y su único consuelo es creérselo
Porque si no me comprenden a mí, ¿Cómo van a comprenderse a ellos mismos?

A veces dejo mis flores de paciencia en el asfalto esperando a que crezcan
Pero a la mayoría las dejo morir