Parpadeos fugaces

domingo, 29 de enero de 2012

¿Te das cuenta de lo frágil que es la vida humana?
¿Has pensando alguna vez lo sensible que es la razón de un ser humano?
Lo fácil que es volverse loco si no duermes lo suficiente. Lo fácil que es quedarse ciego por nada, quemarse la piel, partirte un hueso, sufrir un esguince, pillar un catarro, contraer cualquier enfermedad, el cáncer, sufrir un infarto en cualquier momento, sufrir una parálisis cerebral sin ningún síntoma que consiga evitarlo dos meses antes. Lo fácil que es dormir mal y que te atormente el dolor de espalda. Lo fácil que es que te duela la cabeza cuando hay demasiado ruido a tu alrededor. Lo fácil que es sangrar por la nariz y lo difícil que es cortarla.
Lo fácil que es crear una idea y lo difícil que es sacarla adelante.
Lo fácil que es mentir y lo difícil que es decir la verdad. Lo fácil que es huir de la corriente y lo difícil que es aguantar la tormenta. ¡Siempre nos quejamos que la lluvia moja demasiado pero cuando no llueve la anhelamos!
 Lo fácil que es hacer muchas cosas, tomar atajos, hablar en silencio, callar opiniones, opinar sin información, criticar, dejarlo pasar, perder el tiempo.

Continúan las cosas fáciles y sigue muertas de risa las difíciles.

miércoles, 25 de enero de 2012

Explícale por que crees que vales más que lo aparentas.

Aquella toalla no insinuaba su figura, tampoco escondía sus vergüenzas pero si le daba un toque sensual al fusionarse con las gotas de agua que caían de su pecho.
El efecto visual que causa el agua mojando su pelo y haciéndolo disminuir en cantidad no es comparable al estimulante roce de sus dientes en mi piel. 
Inquietante sensación la de besar sin sentir nada. Explorando el interior de uno mismo comprendemos realmente lo que somos, lo que podemos hacer y lo que no, lo que decimos que haríamos pero no hacemos, y lo que realmente haríamos.
Pero la cabeza se fue de desparrame y los pensamientos se tomaron el día libre. El recuerdo estaba durmiendo en un rincón y la conciencia no pudo gritarle y amenazarle, suplicarle, como tantas veces había hecho.
Intensa electricidad abrazaba nuestras distancias y como dos imanes con gran potencia hacian rotar en círculos nuestros deseos oscuros. Malévolos, salvajes, instintivos.

Añorando el instinto me acerqué a sus orillas. Metí los pies en el agua y poco a poco vaporicé el agua del mar y lo convertimos en lava.
Y por aquellos mares tan cálidos, ardientes, abrasadores, nos dejamos llevar.
Los grados exactos de la lava, no los recuerdo, pero recuerdo el vapor.
Imagino ser el vapor en tus labios de cristal.


Como si fuera un café derramado, una copa de vino en un mantel blanco de Navidad, o un simple chicle mohoso en tu zapatilla nueva marcamos ese día. No seré escrúpulosa  y no diré que firmamos con sangre.
No firmamos ningún contrato en el que el compromiso es el primer paso, la confianza el segundo, y la sinceridad y todas esas mierdas el tercero. No firmamos bajo amenaza. No firmamos en esas paredes lo que podría pasar a partir de ese momento, no firmamos nada. Nos guiñamos el ojo, y seguimos con la marea.

Tan erótico. Como la lencería que se pone tu novia veinteañera, que provoca deseos de arrancar sin piedad dicha prenda. Miau, ronroneó. Piaba, como cantaba. Nadaba en los mares desordenados de aquellas sabanas tan onduladas.
Se retorcía su piel de gallina al notar la presencia de mis temblores. El calor arropa de nuevo nuestras vidas.
Las horas amanecían por el horizonte, que se colaba por la ventana y mostraba las siluetas humanas.
El silencio en la habitación hacia que el eco rebotara con más facilidad en las paredes. En todas las paredes de la casa.

Escogimos bien el momento. Aquel azul cielo observaba con inocencia: "Yo no he sido" susurraba.
La vida cansada y el alma relajada, se trataba de un ritual muy poco común en nuestras vidas. Casi inusual.
Respira aire puro, ¡Descansa! Haz soñar a tu sueño, haz que sueñe que sueñas, que estás en cualquier lugar imaginario y desapareces, y vuelves a aparecer en el mismo escenario pero con distinto telón.
Sueña que sueñas y que despiertas de ese sueño, cayendo en un bucle cinematográfico y terriblemente familiar.
¡No lo entiendes! Nadie lo entiende y nadie se lo merece. ¿No sabes que no hay que prometer nada en tiempos de guerra? ¿Qué hacia aquí? Avivar el fuego, y sufrir.

Que pena que hable en tu idioma y no me entiendas. Que te mire y me ignores los gestos. Que te grite y te tapes los oídos. Me refugio entre el humo, así no me ves. Sé que me observas, te huelo.
Ni siquiera las palabras entienden por que las ordeno así. 
Por que las hago sentir tan mal consigo mismas, por que las torturo contando historias retorcidas, las obligo a compartir paranoias. Os dejo en paz.


Quisiera que entendierais, que el significado que le pongo a cada frase rota cual planeta alrededor del Sol. Nadie entiende por que no utilizo un paraguas cuando cae un chaparrón. Tampoco entienden que mi venganza es en caliente y no en pre-cocinado. Tampoco entienden el juego de palabras.
No entendéis nada por que no quiero que entendáis nada.  Sin embargo seguís leyendo para saber el veredicto final: "¿Culpable o Inocente?"


Inocente sin querer, cuando acaricio tu cabello. Una sensación que no es igual a la de comerse un polo en verano. Ni como una ducha fría en un desierto a 40º. Tampoco es una sensación de calma y tranquilidad, ni de adrenalina, como coger las curvas a 120 km/h.
Me defiendo alegando que lo siento. Pero un humano no deja de escuchar a su instinto animal hasta que muere. Quizás lo siento ahora, pero dentro de cinco minutos se me ha olvidado.
Soy culpable, de sentir dolor al oír crujir tu corazón. Soy culpable al negarte el cielo pero dártelo poco a poco. Soy culpable de apuñalarte y asesinarte en cada caricia. Como he dicho, tengo instinto, y soy culpable de tenerlo.
No aceptas mi garrafón; aún así sigues bebiendo. Soy culpable de maltratarte cruelmente.
Soy culpable de tantas cosas. ¿Debo capear el temporal? ¿O solo rodearlo con mis manos hasta que se me caigan del frío?

Encerrada estoy, en esta celda craneal. ¡Que alguien me libere! Aquí dentro huele a cerrado, huele a podrido, huele a que necesita un cambio.
Un cambio independiente, sin explicaciones, sin rutinas, sin preocupaciones.

-Nunca había sido especial para nadie.
-Bueno, ahora eres especial para mí. 



lunes, 16 de enero de 2012

Instrucciones para encontrar una aguja en un pajar.

Para encontrar una aguja en un pajar, se necesita despejar la mente. Adentrarte en ese pajar oscuro y misterioso y quizás un poco terrorífico y palpar el suelo de tierra. El tacto es frío y el ambiente helado, aquel pajar lleva abandonado demasiado tiempo y nadie nunca ha conseguido estar allí más de tres días.
Para encontrar una aguja en un pajar, se necesita mucha paciencia. Una paz interior tiene que recorrer por todo tu cuerpo sin apenas un segundo para descansar. Necesitas tener los ojos bien abiertos, y los diez mil sentidos que hayas desarrollado en vidas anteriores.
Para encontrar una aguja en un pajar, necesitas serenidad. Escucha el murmullo del viento, que entra por el hueco de las paredes construidas con piedras gigantes. Observa el techo recién instalado, antes derruido por el temporal lluvioso, observa la arena del suelo, el color tan negro que tiene. Busca algo brillante, un solo reflejo y la tendrás en tus manos.

Para encontrar una aguja en un pajar hay que estar tranquilo. No puedes pensar continuamente si estará donde tú estás; bajo tus pies aplastándola, hundiendo su diminuto cuerpo entre la arena. Si quieres encontrar una aguja en un pajar no puedes desesperarte nada más entrar por la puerta. No puedes dejar que un solo pensamiento arruine tu serenidad. Necesitas calma, paciencia y dilatar tus pupilas al máximo.
Para encontrar una aguja en un pajar has de olisquear el suelo como si fueras un sabueso en busca de alguien perdido. Vuelve a tocar la arena, ¿La sientes?

Sientes que está tan cerca y que no puedes encontrarla por tu pésima búsqueda.
Para encontrar una aguja en un pajar, has de borrar ese pensamiento de tu cabeza. Si no quieres encontrar esa aguja en aquel pajar, no la busques, sal por la puerta y asunto zanjado. Pero quieres encontrar su brillo, quieres pincharte con su afilada punta y volver a sentirte vivo.
Si quieres encontrar una aguja en un pajar, has de reunir todas las pistas posibles.
1º- La aguja se me perdió en este lado del pajar.
2º-La aguja no se puede mover, así que estará en ese lado del pajar.
3º- La arena del pajar no parece haberse movida mucho.
4º- Mis pies no creo que la estén aplastando.

Tus ojos ya desesperados, siguen la búsqueda de la aguja.
Tu boca empieza a hablar, "¿Dónde estás aguja? ¿Dónde te has metido?"
Si con tus ojos no ves el brillo de la aguja, descálzate.

La tierra parece más fría sin tus gruesos zapatos. Anda tranquilamente y siente su pinchazo.
Si quieres encontrar una aguja en un pajar, deja de pensar que quieres encontrarla, por que ella misma huirá de ti si deseas encontrarla. Si algo se pierde es porque no desea ser encontrado, engaña a la aguja, convence a tu mente de que no quieres encontrarla, de que tan solo quieres dar un paseo por ese pajar tan oscuro; miente y piensa que solo quieres experimentar como sería andar descalzo en un pajar tan sucio.
¡AU! ¡Me pinché! ¡Por dios la he encontrado! ¡Ha funcionado! 


Si quieres encontrar una aguja en un pajar, deja que ella se deje ver, su pinchazo y su brillo no pasarán desapercibidas. Si quieres encontrar una aguja en un pajar, tan solo tienes que pensar que no quieres encontrarla, que estás allí de casualidad, puro azar. Y entonces ella saldrá a la luz, y podréis volver a tejer vuestros días juntas.

Continuará.

Iba a mezclarme con el entorno romántico. Un poco naturalista y demasiado realista. Iba a enroscarme en la filosofía de la Generación del 98. Iba a leer entre cada línea de sus poemas y memorizar cada frase de sus novelas. Iba a borrar mi pasado barroco, volviendo a nacer, explorando el beatus ille del que todo el mundo habla. Estaba convencida de que en otra época, mi personalidad gótica se tragaría sus arcos romanos.
Y de pronto, el sol entró por la ventana, como Pedro por su casa iluminó toda la habitación.
Me ha descubierto, me ha visto y no quiere alejarse. Caliéntame con tus brazos y abrázame para alejarme del frío de la mañana.
Anhelando el anhelo nos volveríamos locos. Nacimos románticos y morimos realistas.
Con cada una de esas flores que no hemos olido es una sensación nueva que perdemos.
Por cada pensamiento que no decimos nuestra lengua se vuelve más inquieta.
Por cada paso que no nos atrevemos a dar un paso menos en el guión del destino.

Llegando a las altas montañas del mundo oriental, encontramos el aire que necesitábamos.
¿A qué suena el silencio? ¿A qué huele el aire allí arriba? ¿Podríamos encerrar la niebla en este bote de cristal? ¿Podría realmente pisar esa nieve sin sentir frío?
Tu lado más romántico opina que deberías ver más allá de la fantasía infantil. Aislar tu cuerpo en un mundo paralelo, escribiendo poemas bajo un árbol con hojas de mil colores diferentes. ¿Imaginas sus frutos?
En otra parte del mundo se quejan del dolor. Huele a kilómetros la preocupación. ¿Qué ocurre? Se preguntarán.

Solo sé que no me apetece continuar.....

martes, 10 de enero de 2012

Fin.

El vacío aumenta cada día que pasa; arrastra el tiempo perdido hasta sus pies, desenganchándoles de éstos y perdiéndolo por el camino. No mira atrás, por que no le importa perder algo que no puede guardar. Sigue caminando, a penas se mantiene ya en pie. Esa mirada tan pesimista del mundo devora sus sueños e ilusiones. Dice que no piensa en la Muerte, que no tiene miedo, que es solo un segundo de agonía, que le duele más tener encarcelada su alma que liberarla en el último aliento. Sabe que miente. Miente y no quiere expresarlo. ¿No puede? No sabe cómo.

Le acusan de malcriar su corazón. Tan sólo por cambiar su punto de vista y ver el universo desde otra postura.
Observa las estrellas y no comprende por qué llora al verlas. La emoción no es su fuerte, pero no hay consuelo alguno ante tal dolor. ¿Por qué no puede ser ella una estrella? Y no una humana errante -Pensaba.

Las miradas de intriga que la analizan de los pies a la cabeza siempre tiene un efecto negativo, misterioso, extraño. Quizás lleguen a sentir miedo, o vergüenza.
Pero sigue pensando en la Muerte. Su cabeza no para de pensar, ¿Qué hago aquí? ¿Quién soy realmente? ¿Qué me espera? ¿Qué debo hacer? ¿¡QUÉ, QUÉ, QUÉ!?
Y su cerebro se funde con sus lágrimas, y su cama la arropa, y cae en picado al  mundo de los sueños.

Allí se siente bien por que tiene todas las respuestas que quiere, por que si no hay respuestas las inventa, por que está sola o con quién quiere estar, por que tiene el control y la imaginación, por que la muerte es tan solo un chiste mal contado entre esos dos lados del cerebro. Y la fría mañana la despierta en su cama otra vez.
Otra mañana, como todas las demás, vuelve a desprenderse del calor de sus sueños y se abriga contra la cruel realidad. Observa el mundo más allá del papel de plata que lo envuelve. Observa una persona y cruzan miradas, mirando sus auténticos ojos a través de sus máscaras. Ve cuervos negros donde hay pájaros volando y piando. Su música no es más que el canto a la tristeza y a la libertad, que no quieren fronteras al volar. Bajo las baldosas que pisamos, corren ríos de sangre, lágrimas, pólvora, un conjunto de sucesos del pasado que el hombre intenta olvidar poniendo sobre ellos aquellas baldosas tan urbanas.

A través de la niebla de su invernal mente transmite y congela la desolación hacia su corazón. Dejando a su paso por las venas escarcha en cada rincón de éstas. El sonido de sus pies tambaleando la tierra hace eco en la fría mañana. Su cerebro indica que no quiere llegar tarde.

Cuesta arriba obliga a su cuerpo a andar, a continuar.
La luna llena cuenta los pasos que da y los segundos que faltan para que salga el Sol por el otro lado. Su reencuentro da lugar a un cielo rosa contaminado, un azul naciente y una brisa cálida.
Renueva el aire con cada paso y vuelve a centrarse en sus pensamientos. ¿Por qué no podría juntarlos de nuevo? Eclipsando nuestra soledad, dando esperanza a los humanos en lo que ellos llaman afecto. ¿Por qué no puedo hacer que los polos opuestos no se atraigan? Dando una oportunidad a las almas gemelas, tan tímidas que no pueden expresar.

Sigue pensando en la Muerte. Tan cercana mientras respiras. Tan atenta al sonido de tu corazón. ¿Por qué no puedo ser la única que decida cuando tengo que morir?
Pienso en otra cosa menos negra y busco la respuesta.
Por vivir, te toca morir.
El precio de tu vida es la muerte.
El ciclo de esta vida plastificada.

Llego a mi destino, entre sol y luna, ahogando la respiración y el oxígeno que falta entre garganta y pulmones. Un último esfuerzo para dar un futuro a mi cerebro, y salir por fin de esta corriente infantil y entrar en mares nuevos y quizás, extraordinarios.

jueves, 5 de enero de 2012

¿Acaso una princesa no puede salvar a otra princesa?

Esta época está cambiando demasiado deprisa, la mayoría de la gente se sube al barco de las modas, por no ahogarse en el mar de la mediocridad. Traicionan y pisan sus propias raíces, escupen en sus principios y destrozan sus costumbres, se dejan llevar a cualquier lado, de la mano de cualquiera, por un simple estímulo o caramelo de menta.
Ayer, no había gente con valor de admitir su verdadera naturaleza. Hoy le das una patada a una piedra y hay cinco o seis peticiones de amistad con el derecho que ellos quieran.
La gente cambia. Pero me niego a que sea así de deprisa. A veces pienso que soy yo la que se queda atrás, mirando este mundo de locos desde el lugar más alejado, en lo más alto del cielo, observando como todo se va a hacer puñetas.
Se han olvidado de lo que un día fueron, de lo que un día sintieron en el hueco que tienen en el pecho, se han olvidado de la tierra que pisaron y la sangra y el sudor que derramaron por su dignidad.
Y ahora, como si se tratase de un pañuelo de mocos verdes de un constipado de mil demonios lo desprecian y lo tiran al suelo, para que sea pisoteado por otras gentes despistadas, que no miran al suelo.
Ya no existe la autenticidad.
Se han comido la originalidad y la imaginación. Ya no saben por donde seguir si no siguen al de su derecha, o al de su izquierda. No encuentran el camino por sí mismos ni aunque les dieran un mapa, subrayando el camino y todos los atajos posibles.
La tendencia este año es coger tu cerebro y arrancártelo de cuajo. Es más fácil que te digan lo que tienes que hacer, que buscar tus métodos para llegar a hacerlo. Es más fácil que te recomienden el mejor plato del restaurante, que elegir el que más te guste.
Es muy fácil criticar diferentes partes del mundo, las más oscuras, si las ves en la televisión.
No llego a entender, por que la gente no quiere entender. Se conforman con ver el mundo entre sus cuatro paredes, a través de una pantalla que nos miente como aquel infiel que te jura y perjura que no lo volverá a hacer.
Parece que les han lavado el cerebro. El tiempo y las modas les han cambiado tanto que su cerebro ha llegado a su límite, se ha fundido, y no quiere regresar, no quiere pensar.
Confían demasiado en desconocidos. Si sus madres les hubiesen avisado a tiempo...ya es demasiado tarde.
Pobres niñas, ilusas, que sufren por que un niño más idiota que ellas que no las quiere. Pobres ilusas, su vida es privilegiada por suerte y por desgracia.
Este mundo se va a la mierda, y te sientas en el sofá mirando la catástrofe que va a ocurrir.
Se acaba el agua en el mundo y lo único que haces es bebértela toda, sin compartir.
No hay comida suficiente para todos y decides echarle la poca carne que queda a los perros.
Nos quedamos sin energía y enciendes el televisor de nuevo, sin nada que ver.
Se nos muere nuestro alrededor, nos quedamos sin oxígeno y tú respiras despreocupado.
Se intóxica el aire e infecta nuestros pulmones, y tú le toses en la cara a un recién nacido, que el pobre ha nacido sin culpa, pero va a pagar nuestro egoísmo. 
Sigue maltratando a nuestra madre naturaleza, ella llora sin consuelo. Se siente fracasada, humillada, al darnos todo lo que nos podía dar, dejarnos vivir en paz, y le pagamos de esta forma.

Apocalíptica conciencia. No sirve para nada. Son sordos, ciegos y mudos. Y además egoístas, con el corazón plagado de envidia y odio. Nosotros mismos nos ahorcamos en los nudos que tejemos, caemos en las trampas que ponemos, mentimos frente al espejo, mirando nuestro reflejo y nos creemos nuestras propias mentiras.
El mundo empieza a oler a muerto, a putrefacto.
Angustias asfixia mi existencia.

Déjame vivir en mi Kaos, con lo poco que nos queda, y lo eterno que se va a hacer esta espera.

martes, 3 de enero de 2012

A esa mujer que siempre imaginé, pero que nunca llegué a conocer.

La poesía esta vez me desnuda ante el mundo. 


Aquella rubia, bajo la lluvia, pasando frío congelando el río y las corrientes del mar donde te sientas a pensar, el pasado recordar, sonreír y no llorar.
Me llega la inspiración, musas rubias besan mi imaginación, el corazón clavado en cada renglón, abandonado y atravesado.
Malherido sigue latiendo no te estoy mintiendo si te digo que, te llevo aquí dentro;
fusionada con mi piel, como la tinta en el papel, el calor de tu sonrisa desabrocha mi camisa, y mi corazón sin quererlo late deprisa...
De repente despierto de aquel sueño yo, que le había puesto tanto empeño, en no despertar, en imaginar, intentar rozar, esos labios tan delicados que me hacen temblar.


Vuelvo a mi pesadilla a mi realidad, me quiere quemar me intenta cortar con esa cuchilla, llamada soledad.
Y es que aquella rubia, bajo la lluvia, la intento besar, ¡Sé que no es verdad! Soy tan cobarde no puedo expresar, mi debilidad, que sin ella no puedo respirar.


Le doy de fumar la pipa de paz, está a punto de estallar esta puta realidad me quiero colocar con su caminar, llego al éxtasis si me dice que sí...


¡Es que nena, me provocas más que las morenas, cuéntame tus penas, con tu mirar me rellenas, me envenenas, bésame con la Luna Llena! 
No te estoy mintiendo, si te digo que te llevo aquí dentro: tatuada, en mi corazón y en mi mente pegada, te dedico esta canción no le falta razón. Es la manera más fácil, más ágil, de decir la verdad sin apenas temblar. 


Estoy alucinando, esta chica me está enamorando. 
Me envenenas, quiero que me inyectes tu amor en mi venas. Llévame a donde quieras, chúpame la oreja y así me quemas. Grítame al oído que quieres más, estás descontrolada no puedes parar. Yo no voy a frenar, prepárate, vamos a sudar.
Te chupo el cuerpo y me sabes a canela, ¿Qué nos ven los vecinos? ¡Me la pela! 
Apaga las velas, déjate llevar, esta noche es la noche no la vas a olvidar.


Eres la reina de mi cama, bajo las sábanas eres la puta ama
Mi piel quemada, tú desaliñada
Esa melena tan enredada.
Con la boca, te arranco la poca ropa que tapa tu piel y tu desnudez.
Tus pezones, cuanto más los chupo más me pones.
Te gotea, las gotas de deseo, ¡Deja que te vea! La luz de luna te clarea. Me marea, las vueltas que damos mientras salvajemente nos amamos. 


Muérdeme las tetas, me convertiré en mil poetas, te susurraré algo más que palabras coquetas.
Te secuestro a mi planeta, te invito a un peta, no es ninguna treta.
Vente a mi lado, cruza el mar conmigo a nado. 


Es que eres la rubia, bajo la lluvia, temblando sin parar, te voy a abrazar y mi calor podrás conservar.


Canción sin dueña, no espero que la tenga. Escrito en un humilde folio manchado de mucha imaginación y poco vocabulario. Cada día le pongo un ritmo distinto y sigue sonando a vacío, a ausencia, el eco de la soledad que remata la canción le da un tono de tristeza y desesperación en la ansiada búsqueda de la mujer perfecta.