Parpadeos fugaces

miércoles, 30 de mayo de 2012

¿Cómo se siente al ser una marioneta entre mis manos?

Intenta escapar en una red perfecta e invisible, donde no hay oportunidad ni salvación. Esa soy yo. 
Aquí estoy otra vez torturándote el alma, pisando tu tranquilidad. ¿Te molesto? No puedes escapar.
Como el espíritu traiciona, yo te libero.
¿Y tú, me liberas?
De esta carga tan injusta. 
De este día a día tan cutre.
De este año tan pesado y obeso, llenando cada espacio y esquina de desolación.
Acumulándose está mi paciencia, para reventarte la cara con ella.
¿Me liberas?
Yo te libero. 
¿Nos libera el recuerdo? ¿Y esa fina hierba? 
Y el tembleque que producía los calambres de placer al consumir tu piel. 
¿Me liberas? Yo te libero.
Deja que respire, aunque sea un segundo, este aire que me ha sido negado desde que nos asfixiamos.
Te dejo respirar, ¿Puedo respirar?
¿Puedo contemplar sin recordar paisajes que nunca llegaré a imaginar? ¿Me dejas?
Yo te libero, sin que me des permiso o los pidas por favor.
¿Me liberas? Todavía no.
El espectáculo es tan aburrido y sombrío que vamos a comenzar a soltar la artillería pesada. 
¿Artillería pesada? Pesada era la mañana que se torció una promesa y se transformó en un día que ya casi no recuerdo. 
En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero ni acordarme había un hombre liberándome. ¿Me liberas? Aún no.
Déjame ir. 
Escucha el susurro de la música, sientes como una fina brisa recorre tu cara aligerando la velocidad por tus mejillas, dejando elevar el casi invisible pelo que hay allí, se eleva en forma de escalofrío. 
Libérame. 
Date la vuelta, enséñame tu espalda. 
Montes, llanuras, sabanas, cualquier animal afortunado reposando en tus cálidas tierras.
Y bajo un árbol sigues sin liberarme. 
Y yo presa de esta brisa y esta hierba tan verde, escondida entre estos matorrales a espera de que vuelvas. Al acecho de tus caricias esperando el momento para arañarte. 
Ni siquiera sé si has cambiado de región. Tantos animales en este país y nadie quiere maullar conmigo. 
¿Me liberas? ¡Suéltame! 
Soy como un barco en medio del mar, con el ancla echada y la cubierta sin limpiar. No hay capitán ni tripulación, ni siquiera hay camarote donde sentarse a esperar. 
El bucle de la corriente del mar marea el barco, voy a vomitar todo lo que en su día no vomité. Libérame. 
Date la vuelta, enséñame tu coraza. 
¿Dónde está? ¿Has colgado los guantes? ¿No quieres luchar más? 
¡Suéltame! 
Tan solo el tutorial que nos dieron para atarnos los cordones era una trampa para atar nuestros pies a un camino predeterminado, y así no podré elegir qué camino tomar. 
No hay llaves, ni tampoco candado. No hay cuerdas ni cadenas. Ni grilletes ni mordazas, no hay barrotes ni claves de acceso, no hay cortafuegos ni contraseñas, no hay nada. 
Solo una mente perturbada y un recuerdo fijo. 
El parásito de un recuerdo que vive a mi costa, libérame de él.
¿Dónde están tus palabras? Emborrachándose con mi silencio, quebrado. 
¿Y tus caricias? Muriendo en otras pieles.
¿Y mis ojos? Contemplando la luz de la liberación que a continuación me transformará.
¿Oyes el eco? Se llama olvido. 
¿Oyes el silencio? Se llama olvido.
¿Oyes a la oscuridad? Se llama olvido. 


Tengo otros leones que alimentar en una sabana nueva, donde no hay sombras para descansar pero sí imaginación que transformar en ríos y montañas. Con mis dedos recorro su espalda; ¡Rápido a la cima! Dos pasos y ya estamos allí. 
Se ve todo su cuerpo entero. Y con la luna apoyada en marco de la ventana maullamos al anochecer. 
No me has liberado, pero la corbata ya no aprieta tanto.   
Y ahora rujo, maúllo y pío. Y también muerdo y araño. 


Muerdo, araño, y hago daño. 
Y ahora mi piel es venenosa, y te salen puntitos verdes si me tocas, y ahora mi lengua es adictiva como la nicotina ni mucho menos igual de perjudicial. 
Sigo en pie con mi coraza y mi melena de león. 
Aquí sigo tirando de este carro repleto de mierda, aquí sigo tirando de las horas del reloj y del día.


Aquí sigo maullando a la sombra de una luna nueva, maullando y esperando: mi liberación.
                                                  


Miau ~

















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