Parpadeos fugaces

miércoles, 23 de agosto de 2017

A mis alas de Fénix

Te fuiste un domingo casi de la mano del atardecer. Mi número favorito, más pronto que tarde.
Te veo en los ojos verdes de mi hermana, en el brillo que aún conserva mi padre en los ojos al nombrarte.
Te encargarás ahora de cuidar los picos de las montañas, de hacer crecer fuertes a las plantas, de vestir de gala al paisaje en primavera y de blanco en invierno. Contemplarás las tormentas sin mojarte mientras ahuecas las nubes como si fuera la almohada.
Te veo sonreír en todas las cosas que amabas, te oigo como una especie de eco en la risa de mi abuelo.

Todos mis recuerdos me hablan de ti.

Hoy he cerrado los ojos y te he visto moviendo la cabeza con esa medio sonrisa escuchando de fondo a los dire straits, a veces me hundo en el fondo para no escuchar como mi alma reclama algo que nunca le devolverán.
A gritos duermo entre pesadillas y cuando no sueño y despierto el vacío que siento es el primer desayuno del día.

Siempre pienso "nos observa desde lejos, que estará pensando"
No puedo creer que el mundo siga girando cuando yo me he quedado en medio de una estación abandonada, sin dinero para volver, sin billete, sin minutos que esperar para que pase el siguiente.

Como si algo me faltara, como si nunca hubiera habido raíces, solo el agujero donde hubo un árbol enorme, el cráter colosal que se queda en la tierra cuando se seca la charca.

No me puedo creer nada porque realmente no me cabe más dolor en la herida. Siempre me ronda un pensamiento constante, la frase siempre empieza de la misma manera: "Y si..."
Tengo la cabeza llena de recuerdos agradables, los malos han huido por vergüenza o porque simplemente nadie les ha dejado entrar.

La vida sigue y ese conformismo me consume por dentro.
A veces no es que no pueda, es que no quiero.
Un respiro, un descanso, un verdadero descanso en línea recta, no sentir nada, que el tiempo se congele, que no pase absolutamente nada.

Creo que estoy hundida y me he quedado en el fondo, tranquila, pensando cuantas veces no he podido dormir, he venido al salón y tú estabas igual, viendo la televisión.


Me arde por dentro todo lo no dicho, los planes no hechos, los "algún día"
No voy a mentir, antes de que te fueras todo me recordaba a ti, aunque no de una manera tan nostálgica, te veía en todas las calles que pisaste y en cada etiqueta de algún buen vino.
Te veo en palabras como el aguante, como paciencia, como superación. Qué cojones, siempre has sido una luchadora, te has dejado los dientes por hacerte un hueco en el mundo y el cáncer solo fue una prueba más donde te pasaste demostrando toda la valentía y fuerza que tenías.
Que pena que estas cosas le quiten de un soplido las máscaras a los necios del tiempo, que piensan que son eternos y que no gastan ni un minuto en dejar de mirarse en el espejo.

Supongo que esto ya lo pasaste tú antes y la herencia que me has dejado ha sido no girar la cara  con ningún problema, aunque te frieran la cara a ostias. En cualquier situación me salta un recuerdo como si fuera un videojuego y si ya tenías razón entonces: ahora más.

A veces creo que vas a salir de algún lado, que voy a lavarme la cara y cuando me mire en el espejo estarás ahí, quizás pegándome un susto de muerte pero podría decirte en menos de un segundo todo lo que mi garganta me hubiera permitido.

Últimamente soy color lágrima, aunque ya no me quede ninguna. A veces cierro los ojos y hago el esfuerzo de no olvidar tu voz, aunque recordarte sea como masticar cristales.

Ahora he escogido tu lema para limpiar la herida "Así es la vida"

Que no te odio por haber querido rendirte, por decir "no puedo" por soltar borderías cuando no tenías el humor de terciopelo. Jamás.

El otro día escuché una frase  'la culpa es tal vez el compañero más doloroso de la muerte'
No sé si es el más doloroso, pero el más pesado y axfixiante, no me deja dormir ni respirar, ni siquiera me da un margen donde poder pensar "quizás no"
Un pensamiento recurrente que se queda sentado y echa raíces como si realmente quisiera que se quedara, como si con lágrimas lo regara.

No asimilo del todo que la vida sea capaz de avanzar sin ti, no asimilo tampoco que ya nada tenga un cierto grado de emoción simplemente porque no voy a poder reírme contándotelo. No asimilo muchas cosas, y ya no sé si es porque me niego.

Me acuno en las noches no dormidas, contando ojeras, clasificando súplicas, acumulando sangre en la herida.

"Tiempo al tiempo" como si realmente fuéramos eternos. Una herida abierta, eso eres, que refresca en verano y congela en invierno, como una metáfora del mar, con su olor a sal, con los días en calma cuando pase el tiempo y con la mar brava cuando te recuerde. Tormentas.

Creo que he cogido todo lo que me has dado y un poco más y así nunca estaré vacía del todo, pero siento decirte que tú te has llevado todo de mí y este silencio y todas las veces que no te he dicho te quiero me entierran el alma.

Queda mucho invierno y creo que es para siempre, en verano ya no volverá a salir el Sol.

A veces respiro lágrimas imaginarias que se mueren por caer y ser libres, por limpiarlo todo y hacer revivir las raíces secas, pero no dejan más que lodo.

Buceo en el fango.
Me inspira fuerza la risa de mi tío, calma, respirar hondo y avanzar.
Me muevo por sensaciones y navego a través de ellas, a veces me estampo de bruces contra la realidad cuando la sensación de que estarás en el salón sentada en el sofá se desvanece.

No puedo cerrar los ojos y no verte y mucho menos abrirlos y no encontrarte.

Ojalá sea, por lo menos, la mitad de mujer que has sido tú. Que mis hijos tengan, por lo menos, la mitad de lo que has sido, con tus defectos también.
Ojalá supiera como cojones enfrentarme a esta mierda sin chocarme con todos los obstáculos.
Ojalá supiera como encontrarte en mis sueños y comunicarme con los tuyos.
Ojalá supiera todo lo que estabas pensando en ese momento.

Ojalá, ojalá, ojalá.
Destrucción, desolación, silencio, agonía, desesperación.

En tierras del llanto recorro caminos inventados siguiendo un patrón de estrellas que siempre iluminan hasta el alba: "Ningún viajero podrá perderse con el brillo de tu estela" me escribiste una vez.
Me siento sucia por no poder escribirte algo que esté a la altura de lo que has sido.

Me agobio con todo y con nada.
Me ofende muchísimo que el mundo no esté roto como lo estamos nosotros, aunque en el fondo me alegro de que no te hayan conocido porque no me apetecía compartirte.

Supongo que superare esto cuando deje de imaginar que en cualquier momento abrirás la puerta de casa o que me despertarás de la siesta con tu risa.

Sé que la mayor parte de ti se quedó en el corazón de mi padre, ahora roto, pero que poco a poco seguirá latiendo. También sé que lo tenias todo planeado, no dejar ningún cabo suelto o al menos, no los importantes.

Todos los días cierro los ojos e intento no olvidar tu voz.

No queda nada, sólo recuerdos que arden a los que me agarro como si no hubiera nada debajo.
Esto parece la segunda parte de 5 horas con Mario, pero más cariñoso.

Encuentro consuelo cuando miro tus fotografías, pero dura poco cuando pienso que todo lo que venga ahora no va a poder conocerte.

Que maravilla cuando reías sin parar, ahora entiendo a mi padre. Que maravilla.

No calculo ya el tiempo, que pasa desapercibido entre los días, a la sombra de sus noches entre semanas que se acumulan como la ropa sucia en la silla de la habitación.
No tiene ningún valor ya la coherencia, la resignación, no tiene ningún sentido disimular.
No tiene ningún sentido nada, ni siquiera como corre la vida en el mundo sin ti. A veces bailo entre la ira y la desesperación y joder, tenemos bastante compenetración.

Todos los días cierro los ojos e intento no olvidar tu voz. Que maravilla, que maravilla más dolorosa.

Lloraré a los pies de Octubre, a las 19:40; cuando no encuentre mi sitio y no escuche tus ánimos, cuando llegue el 23 de agosto y haya pasado un mes que no ha significado nada para más de la mitad del mundo.

Y creeme que cuando llore regaré mis fuerzas para después dejarla de herencia a los que vengan. Siento la necesidad de no dejar a nadie en el camino que quiera estar conmigo, de hacer crecer de mis costillas más brazos para sostener a la gente, de repartir empatía y alegrarles los días.

Te juro que me arde por dentro no haberte dicho te quiero todos los putos días de mi vida, no haberte hecho sentir ni la mitad de orgullo que yo siento por ti. Tendría que haberte dado el triple de tantas cosas que no puedo dormir cuando lo pienso.

A veces el búho se queda dormido y cuando sueña encuentra calma en tu presencia pero cuando despierta se arruina su alma.

Sé que hubieras querido que cogiéramos impulso, que nos agarraramos a lo que fuera pero con fuerza, que nunca traguemos agua por estar siempre en el fondo de la laguna, pero si te soy sincera desde entonces no me he atrevido a coger un pincel.

Tener memoria nos hace fuertes y tener conocimientos libre, ¿cuántas veces hemos discutido sobre la guerra civil?

Me parece tan patética la humanidad y su doble moral que hasta nos turnábamos para insultar a la televisión.

Encuentro el equilibrio en los ojos de mi hermana. Hoy estoy rara, mañana más.
Supongo que durmiendo no me duele el mundo.

Aprenderé algún día a vivir sin ti como tú aprendiste a convivir con la idea de que algún día ya no estarías. Es como dar martillazos a algo que está hecho añicos hasta convertirlo en polvo, en cenizas.

Has estado y estarás en cada logro que consiga, jamás lo dudes, en cada uno de mis pasos para llegar al sitio que quiera. Allí y en todas partes.

Seguiré cerrando los ojos todos los días y recordando tu voz y tu risa para no olvidarte. Esa risa, que puta maravilla.

He transformado en miles de gestos las gracias que he querido darte siempre, aunque no te lo haya dicho ni el 50% de las veces que hubiera querido.

Siempre te he dicho que eres la puta ama y a día de hoy sigues siéndolo, nadie jamás podrá superarte.

Podría decirte en todos los idiomas del mundo "Gracias", " Te quiero", pero todo eso se resumía cuando conseguíamos hacerte reír en un día malo.

Porque siempre serás tú, arropada por nosotros, vayas donde vayas, estés donde estés.

Te quiero con toda mi alma mamá.
Te queremos con todas nuestras fuerzas.

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