Parpadeos fugaces

lunes, 23 de abril de 2012

La Crónica de la Búsqueda de la Virginidad.

Trata sobre la vida que escribe estas palabras en su ordenador. 
Es la crónica de la lluvia de ideas antes de plasmarlo en su blog:
¿Amor? Típico, ineficaz, pesado, pasteloso, que rima con asqueroso. ¿Amor a quién? A nadie y a todos. Amor descartado. 
¿Odio? Un tema demasiado extenso que cubre el mundo entero y nubla la coordinación cerebro-corazón. ¿Odio a quién? A nadie, como la soledad, a ti mismo, a todo en general. Tampoco hay que debatir que odiamos con detalle, como cuando suena la alarma durante 10 minutos incansables un lunes por la mañana. Odio descartado. 
¿ Lujuria? Bonita pregunta por que es primavera. Y como es primavera la sangre se me altera, pero hay tantos cuerpos en los que dejar la sensación de satisfacción que no hay párrafos suficientes para contarlos todos. Lujuria, descartada, de momento.
¿Pereza? Ella misma define su explicación. Pereza descartada. 
¿Envidia? Quizás en pequeños focos concentrada, al ver el arte como quieren reflejarlo y ver el mío y vomitar encima de las pinturas. Envidia descartada y apartada de mi arte, por si salpico. 
¿Soberbia? Una cosa que sobra en este mundo, le pegas una patada a una piedra, y ¡Oh! Una persona orgullosa que prefiere morir a decir perdón. Soberbia descartada. 

¿Aseinatos?, ¿Investigaciones?,¿Misterios?,¿Magia?, ¿Sueños?, ¿Dragones y Mazmorras? ¿Música?, ¿La muerte? 

Tantos temas que abarcar y tan poco flujo de imaginación. Esta es la crónica de la búsqueda del tema perfecto, con explanadas de párrafos donde cómodamente puedes sentarte sobre las palabras, escuchar sus tildes y sus comas, respirar en los puntos. 
¿Algún artista muerto últimamente, algún robo político más? ¿Más injusticia por parte del autor sobre sus personajes? ¿Liberar quizás al protagonista, y que cree sus propios cuentos? 
¿Torturar princesas encerradas en una torre sin internet ni cobertura? 
Esto es el siglo XXI, algo se tiene que iluminar en esta cabeza tan desordenada. 
¿Poemas? ¿De qué? ¿De la mar? ¿De la nostalgia y tristeza que siente la amada al ver partir a su marinero? ¿De las sirenas varadas? ¿De las maldiciones como el Kraken? ¿Tesoros ocultos? ¿El Titanic? ¿Las petroleras que destrozan el suelo marino en busca de petróleo? ¿Las especies marinas en peligro de extinción? ¿Los litros de semen que echan al mar las ballenas? ¿Lo mortíferas que pueden ser las olas? ¿O los bikinis cortos en tiempos veraniegos? 
¿Tu larga melena imaginaria al viento? ¿Tus andares bajo esa falda que insinúa sensualidad por todos tus poros? Quizás tus ganas de bailar. 
¿Cuántas veces parpadeamos al día? ¿Y en un año? 
Estadísticas que podría inventarme y engañaros. Pero ya hemos dicho antes que la Pereza estaba descartada. 
¿Y tus ojos? Un poema sobre ellos. 
¿¡Pero bueno y mis palabras donde están!? ¿Y mi imaginación? De fiesta seguro. 
¿Y el tabaco y el alcohol? ¿Una canción por tus vicios como yo? O quizás, ¿Una dedicatoria a la sangre de mis venas? 
Una entrada al vestíbulo de las drogas, con todo tipo de efectos psicológicos. Y un cerebro destrozado. 
Un chico que corre de noche: ¿Qué le persigue? ¿De qué huye? ¿Por qué corre? 
Un amanecer: Con ese rojo tan apasionado, digno de una mirada sin ojeras. ¿Por qué se esconde? Y ese gallo que le canta, como si estuviera enamorado de madrugar. 
Un sombrero que vuela perdido por la orilla del mar: ¿De quién es? ¿Hacía donde va? 
¿Las redes sociales? ¿Los pedófilos?  ¿Los artistas sobrevalorados como Picasso? 
¡El asco que me da este mundo! Pero eso, ya lo hemos escrito antes. 
Necesitamos algo más innovador, algo que no se haya visto todavía, que esté virgen, como cuando Cristobal Colón llegó a América y lo destruyó todo. 
¿Las grandes voces de algunas cantantes? ¿La música? 
Todo tema ha sido exprimido hasta no echar más gota. 
¿El agua? Escasa y fresca, y nada más. 
¿El cine? Las opiniones como el culo, todos tenemos una. 
¿Los olvidos, los recuerdos? ¿Los sinónimos y los antónimos? ¿El oxígeno? ¿El agujero apocalíptico de la atmósfera? 
¿Las muertes tontas? ¿El dinero? ¿Los alimentos? ¿Las marcas? 
¿Los antiguos amores? ¿La infancia? ¿Las bicicletas? ¿Los calcetines que llevas puestos? ¿Los mordiscos? ¿Las borracheras? ¿Las caídas? ¿La auténtica amistad? 

La lluvia de ideas en forma de gotitas de esperma resbalando en la pantalla, mientras una página de porno sigue la función sexual. Pero ya hemos dicho que la Lujuria estaba descartada. 
¿El talento en la calle? ¿Mi angustia existencial? ¿Los tatuajes? ¿Las fotografías? ¿Los corazones rotos? ¿Los choques entre dos personas que se miran y se acuerdan el uno del otro todo el día? 
¿Las teclas del piano y las cuerdas de una guitarra? ¿Las sombras del callejón de tu casa?
Las escaleras que subes hacia lo más alto. Tu mascota. Tu vida. Tus sentimientos. 
Pero ya hemos dicho que el odio y el amor estaban descartados. 
¿La Paz Interior? ¿La Reencarnación? ¿La Religión? ¿Dios? ¿La Virgen? 
Pues prefiero que me coman el coño a que me coman la cabeza. Pero ya hemos dicho que la Lujuria está descartada.  
¿Un adiós? ¿Dos mentiras? ¿Tres ilusiones? ¿Cuatro decepciones? ¿Más esperanza? 
¿Desastres mundiales? Errores que jamás hemos de volver a cometer. Hiroshima. 
¿Las ideologías? ¿El escaso conocimiento del mundo exterior? ¿Las ganas de viajar? ¿El sueño de volar? ¿El frío que tienen tus pies en mi cama? ¿La fiebre del fútbol? ¿Alguna tontería? ¿La estúpida división del mundo y la egocéntrica idea de la diferencia de color? ¿La donación de órganos? 
Un libro que se abre y está en blanco: mi diario. Esta crónica. 
El eco que transporta un grito desde muy lejos: el miedo al terror. 

¿El crecimiento de la hierba en época de cosecha? ¿El arco iris y su entrada triunfal? ¿Pagar por todo? ¿Otro párrafo más vacío y sin sentido? 

Un vaso lleno de kalimotxo que reposa sobre la hierba y una china entre manos. 
¿Otra crónica pendiente de un papel de liar y un mechero? 
¿Otra noche sin dormir y sin soñar? ¿Otra camiseta que echas a lavar? Otra camiseta que te la pones sin planchar. 
¿Cómo pagar la casa? ¿La familia? ¿La historia de tus apellidos? ¿La importancia de la lealtad de tu misma sangre y el dolor de la traición hacia la misma? 

Última gotita de la naranja, no podemos exprimir más. Último zumo de naranja que exprimimos.
¿El apocalipsis? ¿La radio? ¿Las casualidades? ¿La televisión? ¿La Química? ¿Los médicos que se creen Dioses y los Reyes que se caen por las esquinas? 
¿Los escándalos? ¿Las desgracias ajenas que nos importan poco a no ser que salgan en televisión? 
¿Los hipócritas? ¿Las lágrimas que se resbalan? ¿El dolor de pies tras subir a unos tacones de vértigo? ¿El planchado diario de tu pelo y su tortura diaria? ¿El dolor de garganta? ¿Las revistas en las que nunca saldré? ¿Los libros que nunca escribiré? ¿Los cómics que nunca publicaré? ¿Los labios que nunca besaré? ¿Las personas que nunca conoceré? ¿La comida que nunca comeré? ¿El agua que nunca beberé? ¿La pintura con la que nunca volveré a pintar? ¿Las risas que nunca escucharé? ¿El mundo que quizás se me escape a conocer? Mi opinión aplastada contra el suelo por tu ideología. 
¿La búsqueda de la Felicidad? 

Aquí termina, de momento, la crónica de la búsqueda de un tema virgen, donde nadie ha pisado aún. Esperando quizás a que pisen y prueben sus montañas cómodamente. 

Ruegos y Preguntas después de la función. Aunque ya hayamos dicho que la soberbia está descartada. 


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